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lunes, 4 de octubre de 2010

El desgarro muscular..prevención y tratamiento.


Dentro de las lesiones recurrentes que se dan entre quienes practican algún deporte están las de tipo muscular y entre ellas la más habitual es el desgarro.

Este tipo de lesión, si bien se da entre deportistas profesionales, afecta con mayor frecuencia a quienes sólo practican actividades físicas en forma ocasional, por lo que resulta importante tener en cuenta qué hacer frente a este tipo de lesión.

Cuando hablamos de desgarro nos referimos a la pérdida de continuidad del tejido muscular o fibras musculares y que va desde sólo dolor localizado, hasta presencia de dolor agudo, inflamación, equimosis (ematoma), impotencia funcional y deformación estructural.

Esta lesión ocurre con mayor frecuencia en las denominadas grandes musculaturas (muslo, por ejemplo) pero dependerá de la actividad que lo desencadene. En el caso del fútbol se afectan más frecuentemente los isquiotibiales y los cuadriceps, por el constante trabajo concéntrico y excéntrico que realiza el jugador.

El desgarro se produce por mecanismos de contusión o de distensión. Habitualmente cuando se produce por contusión, es decir, por un golpe en la masa muscular, se provoca una rotura irregular en el músculo, el que puede darse en segmentos distintos y de diferentes tamaños. En este caso, los desgarros no pueden prevenirse porque se producen por hechos puntuales durante la práctica de deportes de contacto. Ahora bien, si se produce por distensión o tensión, que es conocido como el típico 'tirón' que da al correr, se presenta con mayor frecuencia en cuadriceps e isquiotibiales.

Prevención:
La mejor forma de prevenirlo pasa por tener una buena condición atlética, un buen balance muscular y por cierto, realizar un buen calentamiento antes de hacer ejercicio y al finalizar darle los minutos suficientes a un buen trabajo de elongación. A eso se suma, además, una buena alimentación e hidratación necesaria y para quienes realizan actividad física en forma permanente, un buen manejo de las cargas de entrenamiento

Recuperación:
La recuperación dependerá de los plazos fisiológicos, que van desde una etapa hemorrágica, pasando por una fase inflamatoria, reparativa y de remodelación. Se comienza con reposo relativo, uso de analgésicos y relajantes musculares.
Los plazos de retorno a la actividad dependerán, a juicio del profesional, de la severidad de la lesión y que pueden ir de 10 días en el caso de un desgarro miofacial leve a 8 semanas producto de un desgarro grave.

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